domingo, 10 de enero de 2010

-sin titulo-

La lluvia repiqueteaba sobre el cristal del coche. Hacia un día de perros para una tarea de perros. A mi lado estaba sentado un joven. Apenas tendría unos 25 años y tenia aspecto de trabajar en la construcción y algo parecido. Había contactado conmigo por un conocido mio y sabia de mi trabajo. La tarea era sencilla, debía saber a lo que se dedicaba su joven mujer durante las largas jornadas de trabajo de él. El típico caso de celos de un recién casado.

Le pase un sobre con toda la información que necesitaba ver el pobre hombre. Efectivamente la mujer le había sido infiel. Y no una vez. Y no con un hombre. Y no con un solo hombre a la vez. Esta era la parte mas desagradable de mi trabajo. Una vez recibida mi parte dejaba que el cliente abriera el sobre. Una vez tuve que golpear a un hombre porque le dio un shock cuando vio las fotos de su hija en un rodaje clandestino de porno con animales. Desde entonces siempre exigía el dinero antes del sobre.

-Ahí tiene las fotos que me pidio - le dije- puedo conseguirle información sobre el muchacho que aparece en las fotos por si quiere hacer algo con ella, pero le costara mas.

Mientras yo le hablaba el miraba las fotos, las deslizaba una tras otra observando con atención. Su cara empezó a descomponerse y rompió a sollozar. Ya me había acostumbrado a eso. Decidí dejarle un tiempo a que se recompusiera antes de decirle que tenia que marcharme y que lo sentía. El hombre asintió y se bajo del coche.

A las 19:30 tenia una cita con una clienta. Era un caso parecido al anterior. Recién casados, jóvenes y con ganas de vivir. La reacción de la chica fue la misma. En realidad fue un poco distinta, ella conocía a las otras que salían en las fotos. Y no lloro tanto como el hombre. Simplemente se giro antes de irse y me pregunto: "¿Por que?".
Lo único que yo pude hacer fue encogerme de hombros y decirle que lo sentía.

Decir lo siento se ha vuelto en algún bastante fácil de decir en mi trabajo. Es como un "hasta luego" que se da en cualquier tienda. Siempre lo tengo que acabar diciendo cuando la persona se marcha. A veces mi trabajo es muy poco gratificante y un poco triste. Tome el camino de la autopista mientras encendía un cigarro.

3 comentarios:

Tomás dijo...

Bonito cuentecillo, parece un buen comienzo para algo con más trama y tal. Mola.

Besitos nenx!

señor patata dijo...

grande grande grande

Heela dijo...

Me ha gustado mucho. Habrá segunda parte? Esque ya me he quedao con el personaje en la mente. ¿Cuando se va a tirar a la mujer de algún cliente? ¿o al marido de alguna clienta? ¿eh?.

Esperaré impasiente lisensiado.