sábado, 23 de enero de 2010

Canción de cuna para solitarios




Escuchaba la respiración tranquila de ella. No recordaba su nombre, pero allí estaba, desnudo en su cama. Alargo el brazo para coger un cigarrillo. Miraba los bucles dorados de ella. Seria incapaz de decir cual era la comida favorita de la muchacha. Seria incapaz de decir que numero de calzado usa o cual es su mayor afición.

Se deslizo lentamente de la cama mientras ella se agitaba en su sueño. El frió de la noche era agradable cuando uno estaba desnudo en una habitación que hedía a sexo. Acercándose a la ventana que daba a la ciudad encendió un cigarro. Mientras expulsaba el humo intentaba recordar quien era esa muchacha que tanto se había entregado hacia una hora y que tan placidamente dormía en su cama.

La había conocido esa noche en un bar cualquiera, tampoco recordaba el lugar exacto... ¡Habían sido tantos sitios esa noche! Su modo de actuar ya le salia automáticamente. Un tímido acercamiento para una conversación posterior. El alcohol, el ambiente y el deseo hicieron el resto.

Y ahí se encontraba, fumando en la ventana de una chica desconocida en mitad de la ciudad. En la calle todo seguía igual, coches a un lado, mendigos al otro y fantasmas por las aceras intentando llegar de alguna manera a casa. Esos no tuvieron tanta suerte esa noche, pero daba igual. La semana siguiente lo volverán a intentar.

De pronto, mientras acababa el cigarrillo, una melodía interrumpió sus pensamientos. Sonaba como una nana. Le resultaba familiar. Al poco tiempo de escuchar, supo que era la canción que su madre cantaba cuando él era un bebe. Aunque no tuviera el recuerdo exacto del momento, tenia esa melodía grabada a fuego en todo lo hondo de su ser.

Se estremeció mientras apagaba el cigarrillo. No supo si era el frió. Se metió en la cama y suavemente despertó a la muchacha acariciándole el pelo y besando su cuello. Ella abrió los ojos lentamente y se desperezo con gracia.
-¿Aún tienes ganas de mas, tigre?
Asintió con la cabeza...

Al fin y al cabo, eso era mejor que estar solo.

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