martes, 11 de agosto de 2009

Luchas

(Justo cuando mi musa desaparece, aparecen mis sueños)

Anoche soñé contigo.
Hacia mucho tiempo que no nos veíamos y tu estabas genial. ¿Sabes de ese tipo de mujeres que conforme llegan a los 30 años son mas atractivas? Pues yo creo que tu eres ese tipo de chica.
Vestías de negro pero brillabas con luz propia, estabas genial.

Nos vimos en el bar que hacia tiempo no visitaba, al principio nos vimos a través de la gente y fuimos a saludarnos. Íbamos a besarnos las mejillas, pero casi nos besamos en los labios. Un pequeño malentendido que solucionamos con un par de sonrisas. Nos pusimos al día.
Los dos vivíamos como siempre, en mundos diferentes. Pero me alegre por la fortuna que había conseguido alcanzarte.

De repente todo se borra. Ahora no eres tu. Al menos no eres tu físicamente. Sigues vistiendo de negro y sigues brillando con luz propia pero... no eres tu. Ahora eres diferente. Ahora tu sonrisa me hace estremecer.
Estas sentada un poco retirada de la zona de batalla. Toda esta escena parece sacada de un comic japones. Un chico con un pelo imposible y una vestimenta estrafalaria azuza a una bestia que parece ser su mascota contra otra serie de bestias que pelean entre si.

La pelea parece ser mas que una pelea. Es una lucha. Uno a uno los monstruos van cayendo y no se como ni porque no puedo irme de allí. Me siento vinculado a esa batalla. El chico de pelo estrafalario que parece ser mi aliado sonríe. "Esto esta chupado", dice.
La ultima bestia parece un loro con patas enormes, no obstante su aspecto es amenazador.
Quiero saber que ocurre en la batalla.
Pero yo ya llego tarde.
Llego tarde a clase y si no fuera porque dependen de mi me quedaba mas rato viendo la lucha. Mentalmente me voy inventando una excusa para mis compañeros por llegar media hora tarde.

Tu sigues en tu trono. Brillando.
Entonces me voy, deseando volverte a encontrar cuando vuelva.

Y entonces suena la alarma del móvil.
Buenos días soledad.